martes, 28 de julio de 2015

Un sueño cumplido

Domingo 19 de julio

Padre de los Pirineos y alma del Tour de Francia. Juez y dictador de hundimientos y leyendas.

 ¡¡¡Asesinos, asesinos!!! Gritó Octave Lapize a los organizadores del Tour de Francia cuando se ascendió por primera vez en 1910. No puedo estar hablando de otro puerto más mítico que el Col du Tourmalet.




Desde pequeño he sentido una gran pasión por las dos ruedas. Viendo todas las carreras que ponían por televisión, pintando y jugando horas y horas con mis chapas en el parque o el pasillo de casa. Era Indurain, Lemond, Chiapucci, Bugno, Zulle, Jalabert... Un sueño el imaginarme entre los grandes pedaleando, abriendose un pasillo humano al subir los puertos mas míticos del tour. ¿Y por qué no hacer realidad una parte de ese sueño? Evidentemente no paso de globero y no podré competir con ninguno de los grandes del ciclismo actual, pero subir un coloso, es otra cosa.

Estaba claro que tenía que entrenar duro así que me puse manos a la obra. Desde el mes de febrero día sí y día también rodillo y mas rodillo. Por esas fechas me tuve que retirar lleno de calambres de una marcha de 40 km cuando sólo llevaba hechos 20. Estado de forma lamentable.

En el mes de junio se fue dando forma al viaje de Pirineos, y Javich_GP y yo comenzamos a coger forma en los puertos de la sierra madrileña. Una semana antes del viaje surgen las dudas de si se podrá conseguir o no. Pero no hay mejor manera que probar allí.

El día 17 de julio, llegamos a Lourdes a eso de las 23. Poco tiempo para descansar después del viaje en coche. Amanece el día 18, nublado, pero las aplicaciones meteorológicas no dan lluvia hasta las 15 de la tarde. Nos vestimos de romano, con las bicis preparadas en el pasillo del hotel, cuando empieza a caer agua a manta. Estuve dándole vueltas a la cabeza, si fue en Lourdes donde Noé construyó su arca. No nos quedó más remedio que aplazar la salida hasta el día siguiente. El día siguiente amaneció como el anterior, pero no podíamos retrasar más la ruta, ya que de ello dependían los planes que estaban preparados para después.





Salimos del hotel rumbo a Campán. Decidimos hacer la subida por esta cara ya que a pesar de ser algo más corta, parece ser la más dura, sobre todo en sus km finales. Esta vertiente es la que se subió en el tour de Francia de este año, tan solo unos días antes. 


Nada más salir comienza una lluvia fina, muy molesta. A lo lejos se ven las montañas cubiertas de niebla. Al aproximarnos a la ciudad de Loucrup, aparece el primer repecho al 7-8% para ir calentando las piernas.






A partir de aquí comienzan los pueblos que todo buen amante del ciclismo tiene grabados a fuego en su cabeza. Bagneres de Bigorre, Campan, Sainte Marie de Campan... Comento con Javich_GP que la bici no tira, que parece que se pega al asfalto. Miro el GPS y en menos de 30 Kms ya llevábamos 500 m de desnivel acumulado. Lo que parecía llano, en realidad era una subida que no parecía tal. Cada uno de los pueblos por los que pasamos son a cada cual más bonito. Se respira ciclismo en todos los rincones. Estatuas de ciclistas y bicicletas por todos lados.





Al llegar a la localidad de Gripp, comienzan las verdaderas rampas del puerto. En un principio se va haciendo muy llevadero a pesar de los porcentajes. Las piernas están frescas y de momento responden. En cada km hay instalado un hito en el que se indica los km que quedan a cima y el porcentaje medio de cada km. ¿Para animar o para comerte la moral? Desde Gripp, aún quedan unos 12 km y el porcentaje medio no bajará del 8%.









De momento la ascensión transcurre sin complicaciones. Vamos los dos juntos. Tranquilos, sabiendo que aún queda bastante terreno por delante. Durante la aproximación a Campan apenas vimos ciclistas en nuestra dirección, sin embargo en la ascensión empiezan a salir como setas.

Poco antes de llegar a las viseras situadas a unos 7 km de la cima decido tirar hacia delante. Cada uno llevará su ritmo para subir lo más cómodo posible. Al entrar en las viseras nos metemos en las nubes que cubren esa zona de la ladera. A la derecha queda un precipicio que pone los pelos de punta. Aquí empiezan las rampas más bestias. El GPS se convierte en mi peor enemigo. Cada vez que lo miro veo rampas del 10-13%. Qué esfuerzo. No paro de sudar a pesar del fresco que hace. En algún tramo se localiza algún descansillo… al 8%!!! El pulso sube y las piernas comienzan a quejarse por el esfuerzo, pero todo es cabeza. Marcándome metas cortas. Hasta la siguiente curva, hasta el siguiente hito. Venga, cada vez queda menos. 








Una vez pasadas las viseras, se llega a la estación de esquí de la Mongie. El porcentaje sigue sin bajar del 8,5 %. Cuando desaparecen los edificios, se puede ver todo lo que queda. Esto es desmoralizante. Puedes ver como zigzaguea la carretera por la ladera de la montaña como queriéndose reir de uno mismo. Algo más de 3 km todavía. Muy duro. Rampas del 13% después de toda la tralla que llevan las piernas. Se nota la fatiga, más aún cuando estamos cerca de los 2000 m de altitud. Sigo pedalada a pedalada. Me vacío el bidón en la cabeza. Qué calor. Una vez atravesadas las nubes, el sol calienta con todas las de la ley. Cada vez es más difícil leer el GPS, lleno de las gotas de sudor que me caen de la cara. De vez en cuando miro para atrás a ver si viene mi compañero de fatigas, pero no lo logro ver. Por fin, cartel de último km. Para mayor crueldad, el km con mayor porcentaje de toda la ascensión. Una media del 10% con rampas del 13%. Pero está ahí, al alcance de los dedos. Al alcance un simple globero de la Costa Marrón. Me pongo de pie en la bici para impulsarme, pero apenas avanzo. Decido sentarme y tirar de riñones. No hay gloria sin sufrimiento. Este último km dura toda una vida. Entro en la zona de coches. Ya queda menos. Veo el giro a la izquierda. Esto está hecho. Tomo la curva y de repente veo la cima. La respiración a mil. Giro la cabeza y ahí está. La estatua de Octave Lapize en la cima. De repente todo cambia. Las piernas ya no duelen. Lo conseguí!!! Rompo a llorar. No sé explicar por qué. Es un cúmulo de emociones que solo lo entendería aquel que ve un sueño cumplido después de un gran esfuerzo. Me siento en el borde de la carretera ante la inmensidad de todo aquello y lloro como un niño pequeño. Es algo emocionante. Los pelos de punta. Algo increíble. Desde niño pensando en coronar este coloso pirenaico, y allí estaba. Ya no había fatiga, no había cansancio. Todo se veía iluminado. No hay palabras para describirlo. 


















Una vez recuperado, marcho a la vertiente por la que subí, a ver si veo a Javich_GP. Pero de momento no aparece. Mientras tanto me siento en la hierba a descansar. Después de unos 20 minutos, le distingo parado en el cartel de ultimo km. Pero veo que no termina de arrancar. Me pongo el cortavientos y bajo a ver lo que le pasa. Estando ya a su altura me comenta que ha empezado a tener calambres. Pero solo queda un pequeño esfuerzo y habrá valido la pena. Toca de nuevo subir el último km. Esta vez se pasa volando. Le animo todo lo que puedo. Y el responde como sabe. Subiendo como siempre, aunque le pusieran delante una pared vertical. Nunca me cansaré de repetirlo. Este tío es el más grande del mundo. Con poca preparación, se mete un puertaco de esta categoría entre pecho y espalda. Si entrenara un poco más, no dudo de que sería un tremendo deportista. Llegamos a la cima y no puede faltar un buen abrazo. Qué emoción. Lo hemos conseguido!!! Grande Javih_GP!!! Antes de las fotos de rigor, paramos en el bar, a reponer fuerzar y recuperar el aliento. Fotos y más fotos. Incluso la gente que subía en coche o moto paraban a hacerse fotos al lado del cartel. Igualito que en Navacerrada. Esto da idea de lo que este puerto significa..






Comenzaban ahora más de 20 km bajada. Bajada tranquila, con buena carretera. Lástima que el aire de cara nos frenara. Por esta vertiente volvemos a pasar por zonas míticas: Estación de esquí de Super Bareges, Bareges, Luz Saint Sauveur (Aquí comienza Luz Ardiden)… Prácticamente todo bajada hasta la localidad de Argeles-Gazost. Aquí tomamos un carril bici, que al contrario que el de Colmenar, va por medio del campo. Totalmente apartado de la carretera, lo que nos hace evitar tragar humo. Este carril es una vía verde de unos 25 km. Totalmente llano. Rodamos despacio porque ya se nota el cansancio. Finalmente llegamos a Lourdes, punto de inicio y final de nuestra etapa. Al final 101 km y un desnivel acumulado de 2.350 m.


 
Esta ruta, como ya he comentado antes, tiene un gran significado para mí. Desde febrero he tenido que sacrificar rutas de MTB con mis grandes amigos de MTB Polvoranca por entrenar con la flaca. Por ello he querido hacer esta ruta enfundado con nuestros colores. Ahí quedará para siempre mi foto en la cima del Tourmalet con los colores oficiales de la Costa Marrón.

Mención especial a Javich_GP por acompañarme en esta aventura. Sabes que tienes y siempre tendrás mi admiración. El tío más grande. Al igual que todos los Hambrientos, que sin ellos, seguramente no hubiera podido marcarme esta semana deportiva. Desde hace un par de años que comenzamos nuestra andadura, hemos ido evolucionando poco a poco y cada vez  a más. Ascensiones a los picos más altos altos de España, marchas cicloturistas reventadoras, medias maratones… No hay techo amigos.

Sin embargo esta ascensión va dedicada a un gran amigo que esta vez no pudo estar aquí, en el Tourmalet, y que deseaba, incluso más que yo el poder subirlo. Un gran Hambriento y una excelente persona que nos acompañó al final de la aventura pirenaica. Podencus esto va por ti!!! Como ya te he dicho, el día que decidas subirlo estaré ahí contigo, compartiendo pedaladas.




Muchas gracias a todooooooos!!!!!!!

MAVERICK