jueves, 19 de mayo de 2016

Cerced...Oink Oink

Lunes 16 de mayo

Por fin!! Después de tres meses de lesiones y perezas máximas, volvemos a estar en la brecha. Nada mejor para esta ocasión que un paseo por la sierra madrileña con un final de excepción, ponernos finos a cochinillo asado hasta reventar las costuras del culotte. La zona elegida para la ruta es el entorno del pueblo de Cercedilla. Alcanzaremos el puerto de la Fuenfría, para adentrarnos en las cercanías del río Moros.
Para variar, destaca la impuntualidad del grupo. Esta vez la culpa la tiene cierto individuo vestido de amarillo pollo. Nos sorprende la retahila de excusas peregrinas que nos pone sobre su navegador. Este Podencus... El resto de la expedición la componen Milhouse, Javich_GP, Kibuko, Mottoretta y un servidor.




Nos ponemos en marcha. Atravesamos el pueblo de Cercedilla hasta alcanzar la estación del funicular, que es donde empieza la ruta. La primera en todos los morros. Bici al hombro y a subir escalones para alcanzar la pista forestal. Joder, acabamos de empezar y ya estamos fundidos sin apenas dar pedales. Comenzamos a subir. Tenemos por delante una larga ascensión hasta el puerto de la Fuenfría. Al principio mucha piedra. Parece la Paris-Roubaix, murmulla alguno. Se van formando dos grupos. Los más fuertes toman ventaja con Javich_GP a la cabeza, seguido por Mottoretta y Milhouse. Se nota que la Quebrantahuesos está cerca y Javich_GP va más fuerte que el vinagre. Por detras vamos Kibuko, Podencus y yo charlando tranquilamente, aunque espectantes por si al podenco le da por hacer un demarraje de los suyos. El comando Pro nos espera en el mirador Vicente Aleixandre. Fotos de rigor, cambio de agua al canario y a seguir para arriba.

 




El camino ya en mejor estado y la pendiente menos pronunciada hace que lleguemos rápido a lo alto del puerto de la Fuenfría. Decidimos parar a repostar más adelante ya que hace un biruji importante. Rodamos ahora cuesta abajo, atravesando surcos de agua como alma que lleva el diablo, hasta parar en la zona que da acceso al río Moros. Toca avituallarse. El revuelto rancio y caducado de Javich_GP tiene un éxito descomunal. Puede que sea ésta una de las causas de los pajarones del final de la ruta.







Para acceder al río, hay que bajar una cuesta con importante desnivel y llena de pedruscos. Lo que hubieran disfrutado Sarraceno, Golfo y Sendero. Sin embargo le toca bajar al comando cobarde de la familia hambrienta. A punto estoy de irme al suelo. Conseguimos llegar abajo con más miedo que vergüenza. De todas formas, merece la pena. El entorno del río es increible. Todo lleno de caídas de agua, además al ser cuesta abajo, parece que se disfruta más. Paramos a hacer más fotejas. Podencus cumple su promesa de realizar la ruta con un palillo en la boca. Eso sí, de tamaño vasco. Se notan las raíces...





De nuevo toca echar la bici al hombro. Esta vez para sortear una barrera. En este punto comienza el via crucis del grupo. Hay barro. Por momentos, más y más barro. Teníamos las piernas cojonudas. Según Podencus, a Kibuko le había vomitado una rata. El GPS nos indica que no estamos en el camino correcto, así que toca dar la vuelta. Aquí casi perdemos a Podencus. Directamente es engullido por un inocente charco. Por poco necesita gafas de buceo y tubo. Encontramos el camino correcto, pero eso no es un camino. Directamente es un arroyo en un pedruscal. Aproximadamente un km y medio a pata. Como buen compañero que soy, quise empatizar con Podencus y fui succionado por uno de los mini charcos. Poco faltó para dejar la bici allí. El ambiente estaba caldeado. Pensaba que alguno me tiraba alguna piedra a la cabeza. Menudo camino!!! Incluso alguno amenazó con hacerme tragar una rueda de la bici. Jajaja. Cuánta ingratitud!! Javich_GP realizó una visita al suelo. Afortunadamente sin consecuencias.






Al fin!!! Salimos a la pista forestal. Daban ganas de tirarse al suelo y liarse a darle besos. Las piernas iban ya calentitas y empezaban a quejarse, Seguro que era por el revuelto caducado. Quedaba el último repecho. Toda una agonía para Kibuko y Podencus que casi abandonan este mundo. Repostamos en una fuente cercana, y a continuación descenso a tumba abierta hacia Cercedilla, esquivando vacas y caballos come flores. Alguno a punto estuvo de salirse del camino. Las curvas cerradas y la alta velocidad no se llevan muy bien.
Y llega el matarile del grupo. Subir desde la estación del funicular hasta el centro del pueblo. Algunos hacían más eses que una culebra con picores. Alcanzamos por fin, el aparcamiento. Toca acicalarse para el festín. Kibuko no sabe si morirse o ir a comer. Tiene una caída de ojos que ni Stallone. Pero un buen cochinillo asado merece la pena. Buena cuenta dimos de él. Mottoretta se puso tan nervioso al verlo, que rompía hasta las copas de la bebida. Kibuko a lo suyo. Cogió el licor de hierbas y no había quien se lo quitara de las manos. Buena siesta le esperaba.















Hasta la próxima!!!
Por cierto, estrenamos videos en youtube. Esperamos que os gusten.

MAVERICK