miércoles, 22 de junio de 2016

Quebrantahuesos 2016 (versión light)

Sábado 18 de junio

Va a llover. La previsión será de mal tiempo. Esa fue la tónica de la semana previa. Creo que las aplicaciones más utilizadas y las páginas más vistas en mi móvil, al igual que mis compañeros de aventura, fueron las del tiempo. Páginas conocidas, españolas, francesas, locales… Miramos todas para ver si aparecería algún rayo de sol por los Pirineos. Ya estaba todo pagado (inscripción, alojamiento, reconocimiento médico…), así que decidimos acudir por si en el último momento cambiaba la cosa. Si no, pasaríamos un fin de semana diferente en Huesca.

Salimos el viernes por la mañana. Quedamos en casa de Canyon Boy y desde allí nos ponemos en marcha. Javich_Gp vuelve a los orígenes. Llega tarde. No hay manera de meterle en vereda. Por el camino seguimos mirando las aplicaciones meteorológicas. Parece que no va a llover!!! La euforia se desata en el coche. Al final hemos hecho bien en ir. Por la carretera, vemos coches y coches cargados con bicicletas. ¿Dónde irán? Tras un viaje tranquilo llegamos a Villanúa (Huesca). Un pelín tarde para comer, eso sí. Para el que no lo conozca, Villanúa es el típico pueblo de montaña con casitas de piedra. Rebosa tranquilidad. Parece que los participantes han masificado Jaca y Sabiñánigo dejando los pueblos de alrededor más tranquilos. Compramos en el súper del pueblo, y a engullir una pizza a las cinco de la tarde. Tras un breve descanso, tirados en el sofá, ponemos rumbo a Sabiñánigo para recoger el dorsal y dar una vuelta por la expo.






La estampa cambia completamente. La tranquilidad se torna en bullicio. No sabemos exactamente dónde ir, así que la idea es poner rumbo en dirección contraria a la gente que viene con las bolsas de la prueba. Vamos directos a la carpa de recogida de dorsales. Aquí un fuerte bofetón nos devuelve a la cruda realidad. Un cartel nos indica que llevemos ropa de abrigo y de lluvia. Se espera sensación térmica de -2ºC en Somport y -3ºC en Portalet. Menudas condiciones. Parece que esto va de épica. Al recoger el dorsal, me quedo atónito cuando a un participante le preguntan:
-¿Tienes el reconocimiento médico?
A lo que responde: No.
-Vale, pues firma aquí.

Primer palo para la organización. Si era OBLIGATORIO, ¿por qué se deja correr al que no lo tiene? Muchos nos podríamos haber ahorrado un buen dinero y simplemente firmar el dichoso papelito.

Volvemos rápido al apartamento. Ha empezado a llover, juega España, hay que hacer la cena y hay que descansar, ya que a las cinco de la mañana tocan diana.
La verdad es que esa noche dormimos bastante bien, aunque poco tiempo. Los nervios no hicieron mella. Cargamos los bártulos y las bicis en el coche, y rumbo a Sabiñanigo. La conversación en el coche era monotemática. ¿Qué hacemos si llueve? ¿Y si llueve poco? ¿Y si llueve mucho? Decidimos subir el primer puerto, el Somport, y allí decidiremos. Sabiñánigo está abarrotado. Más gente que en la Gran Vía en Navidades. Qué ambiente!! Afortunadamente, el astro rey se decide a salir.





Las calles cortadas nos obligan a dar un pequeño rodeo y a meterle a las piernas unos km y algún repecho extra. La salida es a las 7:30, pero no cruzamos el arco de salida hasta las 8. Más de 7000 participantes. Algo más de 2000 han decidido no salir. Las calles están abarrotadas. La gente aplaudiendo y gritando, animando a todos los participantes. Qué grandes!! Es emocionante. Comenzaba el reto. 200 km por carreteras pirenaicas con cuatro colosos por el camino; Somport, Marie Blanque, Portalet y Hoz de Jaca, para sumar en total la nada despreciable cifra de 3500 m de desnivel acumulado.

Ya en carretera, parece que Javich_GP está fuerte. Pone un buen ritmo, pero Canyon Boy y yo le decimos que relaje un poco. Es probable que tengamos que estar en la bici unas diez horas o más, así que con tranquilidad. Hay que buscar un pelotón acorde a nuestro ritmo y meternos en él. A Canyon Boy lo perdemos pronto. Javich_GP y yo paramos a evacuar. La verdad es que esa mañana la tuvimos meona. Canyon Boy siguió por delante. Pasábamos por los pueblos y seguía el mismo ambiente. Todo el mundo en las cunetas animando. Los niños sacaban las manos para que se las chocáramos. Se respiraba ciclismo por todos los rincones.




Sin apenas darnos cuenta llegamos a Canfranc, donde comienza el Somport. También empezaba el mal tiempo. Desde el principio llevábamos el viento de cara, a lo que ahora se unía una fina lluvia. He de decir que Javich_GP, se volvió a ganar el sobrenombre de “El tío más grande del mundo”. Se hizo todo el trayecto en manga corta. Se tomó a pies juntillas lo del cuarenta de mayo. La gente no daba crédito al verlo. Preferimos no parar a ponernos el chubasquero, a pesar de la ligera lluvia. Nos hubiéramos mojado más por dentro. Lo dejamos para las bajadas, pensamos. Empezamos a ponernos nerviosos. Veíamos que por la izquierda de la carretera, la gente bajaba. Se daban media vuelta arriba. Muy fea tenía que estar la cosa para no seguir. No fueron dos o tres personas. En ocasiones, había pelotones.

 El puerto lo pasamos bastante bien. Algunas zonas con un 10% de pendiente, hacía que las piernas se pusieran un poco más tensas, pero en general las sensaciones fueron muy buenas. No dejábamos de pasar a gente. A medida que subíamos, la lluvia era cada vez más fuerte y hacía fresco. Tuve que parar a quitarme las gafas porque no veía un pimiento. Una chica que decidió darse la vuelta arriba, estaba en la cuneta dando alaridos porque no sentía los dedos del frío. Si dicen que va a hacer frio y lluvia, ¿por qué nos empeñamos en ir con guantes cortos de verano? El avituallamiento se encontraba en Candanchú. Como íbamos bien de tiempo, paramos a rellenar bidones y comer algo. También nos encontramos con Canyon Boy, que nos estaba esperando. Aquí sí que decidimos ponernos el chubasquero, ya que en breve empezaba el descenso y así evitábamos el quedarnos fríos.
Recargados los depósitos, ponemos rumbo a la cima. Llegamos con 20 minutos de adelanto a la hora de corte, a pesar de haber salido 30 minutos tarde debido al tapón de la salida. Cuál es nuestra sorpresa, que al llegar a la frontera, nos dice la guardia civil que no ponemos pasar. Que la carretera se ha cerrado para los ciclistas. Llegamos con 20 minutos de adelanto sobre la hora de cierre y no nos dejan pasar!! Javich_GP se convierte en la voz de la indignación de los participantes que estamos allí. Cuanto más tiempo estamos parados, más frío tenemos. Hay 5ºC y estamos mojados. No nos dan una explicación clara al corte. Según parece está nevando en el Marie Blanque y en el Portalet. No hay nadie de la organización para dar una explicación. Parece que no quieren tener un encontronazo ni con los participantes, ni con los agentes de la autoridad (españoles o franceses). No nos dejan seguir por nuestra propia cuenta, sin dorsal. Si tan malo hacía y corría peligro la seguridad de los ciclistas, ¿por qué dejaron pasar a algo más de 5000 participantes? ¿Qué sentido tenía cortar la carrera a 20 min del cierre? Nos dieron la opción de volver a Sabiñanigo en autobús o en bici, retirándonos el dorsal. Decidimos volver en autobús. Para qué hacer otros 50 km en bici de vuelta si ya no íbamos a completar la prueba.






El autobús bajó por la vertiente francesa. Nos extrañaba ver subir a algunos ciclistas por el otro lado. A los 5 km de bajar, encontramos a otro grupo de ciclistas con mantas echadas por encima. Parece que en el otro lado también les cortaron y no les dejaron seguir. Tuvieron que esperar en el túnel de Somport abrigados con mantas que repartieron las ambulancias. Fueron recogidos por los autobuses. Alguno subió a nuestro autobús tiritando como un perrete chico, a pesar de estar en las ambulancias con la calefacción a tope. Si hubiéramos pasado en la cima, nos habrían cortado en la bajada de igual manera, pero repito ¿por qué dejar salir a la gente si era un peligro? Está claro que es un negocio, pero peor publicidad es que se mate alguien en un descenso.

La parte positiva de todo aquello, es que llegamos en el momento oportuno de dar buena cuenta de la paella gigante que habían preparado en Sabiñánigo, donde seguía luciendo el sol. Una vez recogimos las bicicletas del pabellón nos marchamos a descansar al apartamento. Allí convencí a mis compañeros para ir a tomar un café con un par de donut de chocolate, que bien nos habíamos merecido. La cena tampoco tuvo desperdicio y guiados por Javich_GP, acabamos en un bar de Jaca comiendo unas superhamburguesas, para poner fin a la aventura Hambrienta.







La sensación que queda de todo esto es un tanto agridulce. Con buen tiempo, estoy casi seguro que habríamos acabamos. Íbamos bien de tiempo y de piernas. Si no se pudo seguir por peligro, no se puede hacer más. A mal tiempo, buena cara. Eso sí, a esta aventura hay que darle un buen final, así que suena con fuerza lo de Quebrantahuesos 2017.

MAVERICK