martes, 30 de agosto de 2016

Rodando entre pinares

Sábado 27 de agosto

Hace mucho tiempo, muuuuuucho tiempo, que un servidor no sale a montar con los Hambrientos. Es por eso que se me obliga a escribir esta crónica. Para no perder las malas costumbres…

En esta ocasión, solo salimos tres Hambrientos, Mirindas, Maverick y Golfo. Se decide hacer la ruta del Monte de Boadilla, que es una ruta con pocos kilómetros y accesible, para ir cogiendo ritmo y resistencia. Quedo con Maverick en la puerta de su casa y desde allí, nos dirigimos al C.C. Tres Aguas, donde nos juntaremos con Mirindas. Alcorcón es un pueblo increíble y muy extenso, pues Maverick se encarga de dar toda la vuelta posible bordeando toda la población hasta nuestro punto de reunión. 



Al llegar allí, paramos al lado de un Mc Donalds donde un coche lleva la música muy alta. Para en la hamburguesería y deducimos que sus ocupantes vienen de fiesta y tienen muuuuucha hambre. Pero su apetito no se puede comparar con la de un Hambriento, pues el deporte da hambre, y mucha. Aun así, no dejamos escapar la oportunidad de pensar y comentar que en nuestros tiempos mozos, hacíamos exactamente lo mismo. Mirindas no tarda en aparecer y veo como exhibe su nueva bici (una pasada la verdad), así que empezamos a pedalear.

La ruta empieza llana, muy seca y deprimente debido a la fecha en la que estamos, aun así,  vemos bastantes conejitos por el camino. Charlamos para ponernos al día de nuestras vidas y así vamos entrando en calor. No tardamos mucho hasta que nuestro maravilloso guía se equivoca de dirección (según el por su gps) y nos toca hacer km de más, pero no basta para intimidar a un Hambriento. Nuestra ruta continua bordeando parte de la Ciudad Financiera, parte de ella porque es inmensa, y cruzamos la carretera por el puente hasta llegar a Boadilla del Monte. Entramos bajando una cuesta con algo de dificultad ya que la tierra tiene bastante piedra suelta, y acto seguido, nos encontramos con un palacio viejo abandonado que tiene a sus pies unos grandes jardines que están totalmente secos. 



Pasamos por un parque y desde ahí, nos desviamos a nuestro destino, el Monte de Boadilla. Vemos los pinos a cierta altura, así que primero, tenemos que subir una pendiente muy pronunciada (la más complicada de todo el recorrido). Una vez subido el primer obstáculo, cogemos aire y seguimos pedaleando hasta llegar a unos bancos donde relajamos un poco los músculos, nos hidratamos y comemos. Además Maverick y Mirindas, trapichean con un pulsómetro. Parece que han escogido ese lugar adrede para que nadie les observe. Mientras tanto yo no resisto más y cojo la bici de Mirindas para dar una vueltecilla en tal magnífica máquina.





Retomamos la marcha, cruzamos la carretera y en el siguiente desvío el gps de Maverick hace de las suyas. Así que después de hacer un par de cambios, volvemos a coger la ruta. Esta vez empieza a ser más divertida con subidas y bajadas, en las cuales, algunos de los Hambrientos no consiguen culminar y realizan fotos mientras empujan la bici para mofa de otros… Seguimos el sendero con trialeras que suben y bajan muy divertidas y así poner a prueba reflejos antes olvidados. Volvemos a cruzar la carretera y cogemos de nuevo el sendero del pinar por donde lo habíamos dejado. Se hace un último parón para hasta llegar a nuestro destino. La senda es agradable, con muchos pinos y un poco de aire fresco, pues en esta época del año, cualquier cosa refrescante, se agradece.







Seguimos la ruta por un sendero ancho de vuelta a nuestras casas. Continuamos encontrándonos subidas y bajadas y unos paisajes preciosos, pues en las zonas altas se puede ver todo el pinar. Antes de salir del término municipal de Boadilla, pasamos por una urbanización privada donde vemos unas casas bastante imponentes. Es aquí donde en la salida de la misma, donde me pongo a subir a un buen ritmo y esto claro está, no pasa desapercibido para Maverick, el cual intenta adelantarme obligándome a dar lo máximo de mí y destrozar mis piernas. 



Cruzamos el polígono de Ventorro del Cano y volvemos aparecer por la senda árida en la que empezamos esta ruta. Nos fijamos que hay un pequeño aeródromo donde los pilotos hacen de con sus aviones de aeromodelismo piruetas varias para gusto de todos. Comentamos sobre la hora que es y lo bien que se nos ha dado la ruta, así que es un buen día para tomarnos una cerveza en la zona donde vive Maverick, pues desde allí, podemos desviarnos sin muchos problemas a nuestros hogares. Eso sí, antes de llegar al bar, decide darnos una vuelta por todo el término municipal de Alcorcón, para mostrarnos que conoce bien su pueblo de residencia.

Aquí pues, paramos a tomarnos unas jarras de cervezas fresquitas y comentamos cosas de la ruta, de artículos novedosos para la bici, de historias varias y de la posible bronca que tendrá alguno por llegar tan tarde a casa…







Y quiero terminar este relato, con unas sabias palabras de un grande (Maverick) para otro grande (Mirindas).

“En la bici, vas detrás del que está delante de ti”

Saludos para todos y gracias por permitirme volver al redil.


Un abrazo!!!!

GOLFO






domingo, 7 de agosto de 2016

Un soplo de aire fresco

Sábado 6 de agosto

Poco más de un mes ha pasado ya desde la última aventura en los Pirineos, pero parece una eternidad. Se echa de menos la actividad, la compañía del grupo y sobre todo el fresquito del norte. Recluídos en Madrid en el mes de agosto, parecemos animalicos buscando un lugar a la sombra donde poder respirar. Incluso se hace bueno el quedarse en el apartado de congelados en el supermercado de turno. Movidos unos cuantos hilos, conseguimos la combinación perfecta para el fin de semana: grupo Hambriento y zona fresca en la sierra segoviana. El lugar escogido se encuentra próximo a la localidad de Valsaín, muy cerca de La Granja de San Ildefonso. Zona de bosque denso de pinos y robles al pie de Peñalara, con multitud de arroyuelos y saltos de agua.

En esta ocasión estamos de enhorabuena. Dos nuevos miembros pasan a engrosar las filas de los Hambrientos. Por un lado Mirindas. Miembro que formaba ya parte de nuestra familia, pero que por casualidades del destino no había tenido aún su bautismo oficial. Por otro lado, se une Alhambra. Una mártir que tiene que aguantar a nuestro querido y siempre positivo Wallet. Completa la expedición Belice, otra sufridora nata y no por aguantar fuertes pendientes, sino a un servidor ;) Al completo el grupo de la Costa Marrón. El único que falta es Golfo, que a ver si le vemos el pelo un día de estos.

Llegamos a Valsaín y la alegría nos embarga. 13 grados marca el coche. Por poco tenemos que coger el plumas. La tecnología está perezosa. Se nota que es agosto y mi móvil no coge señal de GPS. Pues nos la jugamos. Así, a lo loco. Empezamos a andar, y si hay que dar la vuelta, eso que nos llevamos en las piernas. La ruta comienza en un bosque de pinos al lado de un arroyo. Esta será la tónica de toda la mañana. Siempre bajo sombra. Cómo se agradece!!. Vamos ascendiendo lentamente. Los kilómetros vuelan. No paramos de hablar. Pronto llegamos a la Cueva del Monje. Aquí fue donde la gente de Disney cogió la idea para el bautismo de Simba en el Rey León. Mientras Wallet y Mirindas se van a coger Pokémon, yo hago de cabra montesa e intento meterme en la piel de Simba.







Seguimos subiendo, hasta llegar a las cascadas de la Chorranca. Hacemos una pequeña parada para reponer energías y hacer las fotos de rigor. El sitio es perfecto para poder refrescarse. Eso sí, el agua corta la circulación. A partir de aquí el camino se difumina y nos toca hacer una de campo a través. Me comienzan a pitar los oidos. Alhambra jura en arameo porque va en pantalón corto y se está arañando las piernas. Wallet, muy raro en él, se queja porque le ha picado un bicho. La más lista Belice, que ha tenido la genial idea de ir con pantalón largo. Si es que... para qué me hacéis caso!!! Mientras, Mirindas trata de agenciarse un bastón rústico que le ayude en la marcha.









Salimos a la pista forestal para volverla a abandonar. Cruzamos un arroyo y comenzamos a subir. Es la subida más dura del día. Las respiraciones se entrecortan. Ya no se habla y si se dice algo, es para maldecir. Pero todo el esfuerzo tiene su recompensa. Una vez arriba, alcanzamos la pradera en la que se sitúa el refugio Aránguez, al pie de Peñalara, a unos 1900 m de altura. Una zona espectacular. Como sacada del Señor de los Anillos. Vacas y caballos campan a sus anchas entre arroyuelos. Un buitre pasa por encima nuestro volando bajo. Nos damos cuenta de que Wallet se ha descalzado. Es posible que el olor a muerto le haya atraído.











Momento Hambriento. Si antes no se hablaba por el esfuerzo, ahora no se habla porque estamos comiendo a dos carrillos. Los bocadillos vuelan. Los huesitos no pueden faltar a la cita. Wallet nos da unas clases magistrales de distinción de edades de vacas. Muy interesante. Reponemos fuerzas y ponemos rumbo hacia el coche.








A partir de aquí todo es bajada. En algún momento, las piedras sueltas ponen a prueba los reflejos de Alhambra. Afortunadamente libramos las caídas. Volvemos a encontrar un nuevo arroyo, y después de unos cuantos km andando, se agradece meter los pies dentro. Eso, sí, poco tiempo porque el frío del agua duele. Después de contaminar el arroyo con nuestros efluvios pinrelescos, proseguimos la marcha.









Alcanzamos una pista de asfalto, que es la que nos llevará directamente hasta el aparcamiento. Son las tres de la tarde, y da gusto ir metidos por el bosque. Igualito en la ciudad. Wallet aprovecha para recargar agua de una fuente, rebautizada como la fuente "Chochete". Afortunadamente no tuvimos que lamentar malestares intestinales. 




Después de unas seis horas de ruta y unos 20 km de pateo, llegamos a la civilización. Es curioso que en esta zona apenas nos hayamos encontrado con cinco o seis personas. Da gusto. Ahora toca relax y espabilar el cuerpo, así que no falta un buen café en uno de los bares del pueblo. Qué bien sienta!! Con el deber cumplido toca poner rumbo a la jungla de asfalto y hormigón, donde imperan el calor y los sudores. Una gran ruta en la mejor de las compañías. Repetiremos seguro!!



MAVERICK