domingo, 25 de febrero de 2018

Rock & Roll en la Najarra

24 de febrero


Levantarse un sábado a las 6.30 de la mañana sólo tiene sentido si la ocasión lo merece. Hoy parece que es así. Al menos ganas e intención no nos faltan.

Lo dicho, a las 6.30 de la mañana suena el despertador y la radio me regala “Hells Bells” (AC/DC), que no sé si las campanas me animan a seguir en la cama o levantarme. Como siempre, una vez vencida la pereza del madrugón y “levantándome dando un salto mortal porque hoy voy a pasármelo bien” como dirían los Hombres G, a las 8.00 hora zulú de la mañana nos presentamos en el Puerto de la Morcuera con los primeros compases de “Welcome to the Jungle” (Rolling Stones),  Maverick y yo mismo (kibuko)  listos para rockear como es debido.


Revisamos el material, con un poquito de susto porque no encuentro mis gafas de sol y eso es muy mal asunto para visitar la nieve en un día soleado, pero en seguida se oye un suspiro de alivio. Las gafas estaban al fondo de la mochila. Nuestro plan de hoy es subir a La Najarra por su cara noreste, ascendiendo por el Arroyo de la Vegija,  y dejándolo al final para atacar la cima por uno de los corredores situados al sur de cauce.


La ruta comienza descendiendo por el Camino del Monte Aguirre hasta el cauce del arroyo Vegija, que podríamos considerar como una “Highway to Hell” (AC/DC) pura y dura que ya está cubierta nieve y eso nos ocasiona algún que otro resbalón. Para no descender mucho, pronto dejamos la autopista y vamos atravesando el bosque  con mucha calma escuchando “El Espíritu del Bosque” (Mago de Oz) y sin perder altura, a los pocos minutos nos encontramos ya con nuestro objetivo, que divisamos con todo su esplendor.




Ante la magnitud de la subida y la dureza de la nieve decidimos que ya es hora enfundarnos los crampones y sacar el piolet de la mochila. Aquí comienza a sonar en mi cabeza “For those about to Rock” (AC/DC, cómo no) con unas primeras rampas interesantes para salvar un promontorio pedregoso situado en el margen izquierdo del arroyo. La salva de cañones final de la canción nos indica que ya podemos avanzar por el cauce hasta nuestro objetivo final.






Subimos por el cauce del arroyo probando nuestras fuerzas e iba a decir sin prisa pero sin pausa, pero más bien con prisa porque vamos subiendo como una exhalación… Tras un breve descanso que aprovechamos para ajustar bien los crampones, comienza el rock and roll del bueno en el que con las pendientes de 40o (rozando el 100%) y la nieve dura nos acompaña “The Call of Ktulu” (Metallica y la Orquesta Sinfónica de San Francisco). Disfrutamos como enanos y llegamos a la cima de la Najarra con los últimos compases de la orquesta y salvando el final de corredor que pone a prueba nuestra cabeza y nuestro buen hacer.










Ya en la cima, ¡¡a la que hemos llegado en una hora y media!!, descansamos un poco y reponemos fuerzas mientras observamos las vistas de toda la sierra madrileña que bien merecen  la observación como nos recuerdan otros grandes como Pearl Jam en su canción “Lost Dogs”.






Y sin más dilación, bajamos directos al Puerto de la Morcuera por la ruta normal (cara norte) con “Hero of The Day”, como diría Metallica, tan contento, porque, ¡¡por fin!!, señoras y señores, ¡¡¡Maverick ha estrenado sus crampones!!! Y para celebrarlo y mostrar que estamos “Agradecidos” (Rosendo) por el gran comienzo de día que hemos tenido, nos tomamos un buen pincho de tortilla acompañado de una buena jarra de cerveza.



KIBUKO

PD: Esta semana nos ha dejado Antonio Fraguas, “Forges”, que tan bien ha sabido sintetizar nuestra actualidad en sus dibujos y viñetas. Te echaremos de menos. D.E.P.



martes, 13 de febrero de 2018

Tras las huellas de los últimos neanderthales

11 de febrero


...Sigue nevando... Desde que tengo memoria, creo que nunca había visto tanta nieve por Madrid, o quizá tampoco me había fijado por estar mi mente a otros menesteres. Puede que nos acerquemos a una nueva glaciación, o puede que este sea el canto del cisne de los fríos invernales. Quizá se debió sentir del mismo modo el que fuera dueño y señor de Europa y Asia hace más de cien mil años, el hombre de Neanderthal.  Por esas fechas le tocó lidiar con la última de las grandes glaciaciones. Quién sabe si realmente fue uno de los motivos de su extinción, aunque nosotros como buena mosca cojonera, creo que también influimos en ello. Hay hipótesis que sostienen que buena parte de sus genes o incluso la propia especie, sigue aún dentro de nuestra sociedad... Yo lo pienso . Sólo hay que ver algunas mentes pensantes...😂



Todos nos imaginamos a esos pobres hombres y mujeres vestidos con pieles de bichos muertos, luchando a brazo partido con mamuts en tierras heladas y viviendo en cuevas como buenamente podían. Joder que sufrimiento. Ni siquiera tenían móviles. Qué vida más triste. 

Este domingo, Milhouse y yo quisimos buscar por las profundidades de Somosierra, para intentar encontrar a alguno de estos seres perdidos por las profundidades de la montaña, aunque creo que tendríamos más suerte buscando en la cafetería del Congreso... Nosotros, por si acaso, probamos. Nada había que perder, salvo quizá, a nosotros mismos 😂





El paisaje era espectacular. Sacado de contexto, bien podía pertenecer a los Pirineos, Alpes, Norte de Europa y América o al interior de un congelador antiguo. Partimos desde el pueblo de Somosierra. Prácticamente nadie a las 9.30 de la mañana. El pueblo estaba hasta arriba de nieve. El objetivo a alcanzar era la cumbre del pico Tres Provincias. Ya veríamos...








La nieve está blanda. Únicamente por la zona que hay huellas se puede caminar sin hundirte demasiado. Milhouse, no viene muy bien equipado para la caza del mamut y decide jugársela sin raquetas. A penar toca. Yo llevo mis flamantes raquetas nuevecitas, a estrenar, y no tardo ni 500 m en calzármelas. Voy por delante, compactando con mi robusto y pesado cuerpo un poco la nieve para que Milhouse pueda pasar sin hundirse demasiado. 










Subimos distraídos. Embobados con el paisaje de alrededor. Sin apenas darnos cuenta nos vamos metiendo en el bosque. Sinceramente, es uno de los paisajes  más espectaculares que he visto en mi vida. La niebla le da un toque especial, tanto al paisaje como a nuestras gafas, que no dejamos de limpiarlas. Seguro que el neanderthal no se preocupaba por estas chorradas y tenía una vida larga, por lo menos hasta los 20 años...









Hay un momento en que nos quedamos de piedra. Los dos parados. No sabemos donde ir. Todo es blanco. No se distingue cielo de suelo, pista de barranco. Puede que algo así es lo que vea alguien cuando muere. Cuando lo vea, ya os diré. Nos guiamos por las pocas huellas que vemos, no sé si de neanderthal, y por el GPS. Bendita tecnología.






Para subir al Tres Provincias, hay que salirse de la pista. Menos mal que ya se ve algo. Esta zona es de nieve virgen, sin pisadas. Yo, que llevo raquetas, me hundo hasta las rodillas. Milhouse por poco aparece en China, engullido por la nieve. Después de avanzar apenas 20 metros, decidimos seguir por la pista, sacrificando, muy a nuestro pesar, la subida a la cima.

De vez en cuando hacemos una medición del espesor de la nieve con nuestros bastones. En alguna, descubrimos más de un metro... y eso en la propia pista. Milhouse está extasiado. Tanto que decide tirarse por un pequeño terraplén haciendo la croqueta. ¿Esto sería lo que llevó a los neandertales a la extinción? ¡Qué cuadro!






A pesar de no subir al Tres Provincias, al menos nos acercaríamos a la cascada de los Litueros, donde nace el río Duratón. A medida que nos aproximamos, ya vamos viendo algunas personas más. La gente sale a dominguear. El camino está más pisado, así que Milhouse decide ponerse los crampones. Ya que los trae... Los neanderthales se agarrarían al hielo con las uñas de los pies, ¿no?



Sabia decisión de Milhouse, porque al subir hacia la cascada, el hielo hace acto de presencia. Mi vagancia extrema me impide sacar los crampones de la mochila, así que lo pago con algún que otro resbalón. Afortunadamente, sin dar con los huesos en el suelo. La cascada está espectacular. Tanto que decidimos verla desde las dos orillas del río. Mentira cochina. Me equivoqué de camino y primero la vimos de un lado y luego en el camino correcto, la vimos desde el otro 😂






La verdad es que no se nos dio muy bien la caza del mamut. Ni siquiera vimos uno. Así que lo más parecido que encontramos fue la panceta ibérica del bar de turno. Eso sí, qué buena estaba y más, acompañada de una buena cerveza. ¡Éste creo que fue el motivo de la desaparición de la mayoría de neanderthales! La falta de bares...





MAVERICK